¿Qué hacer en Santorini? Si alguna vez soñaste con casas blancas, cúpulas azules y atardeceres que parecen sacados de una película, entonces esta isla griega ya está en tu lista de deseos. Santorini no solo es uno de los destinos más fotogénicos del mundo, también es un lugar que mezcla historia, naturaleza volcánica y una energía única que atrapa desde el primer momento.

En esta guía te contamos qué hacer en Santorini. Además, si tienes poco tiempo, te damos itinerarios para 1, 2 o 3 días, y consejos para aprovechar al máximo cada rincón de esta joya del mar Egeo.

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Qué hacer en Santorini: ¿Qué hace única a Santorini y por qué todos quieren visitarla?

Si te estás preguntando qué hacer en Santorini, lo primero que tienes que saber es que esta isla no es como cualquier otra del mar Egeo. Aquí cada rincón parece diseñado para dejarte sin palabras. Pero Santorini no es solo belleza, además de tener historia como los restos de civilizaciones milenarias como la ciudad de Akrotiri, que muchos llaman la “Pompeya del Egeo”, es también un destino gastronómico donde los productos locales como los tomates cherry o las alcaparras tienen sabor a sol, y donde los vinos blancos, como el famoso Assyrtiko, se cultivan en tierras volcánicas únicas en el mundo.

Si aún no te decides qué lugares visitar, tranquilo, que en esta guía te contamos todo lo que puedes hacer en Santorini para aprovecharla al máximo, sin importar si vas por un día o por una semana.

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Las 15 mejores actividades que hacer en Santorini

¿Estás listo? Aquí te van las 15 mejores actividades para hacer en Santorini:

1. Caminar entre Fira e Imerovigli con vistas al mar

Si estás buscando qué hacer en Santorini que combine paisajes de ensueño con un poco de ejercicio (tranquilo, no es maratón), este recorrido es una joya. El paseo entre Fira e Imerovigli dura aproximadamente 30 a 45 minutos a pie, dependiendo de cuántas veces te detengas a tomar fotos… que seguro serán muchas.

Ambos pueblos están construidos sobre el borde de la caldera volcánica, así que el camino literalmente bordea los acantilados, regalándote panorámicas increíbles del mar Egeo, las casas blancas colgando sobre la roca y la famosa isla volcánica Nea Kameni al fondo. Hazlo en la mañana temprano o al atardecer para evitar el calor, y si puedes, lleva calzado cómodo.

2. Disfrutar el atardecer en Oía

Este pequeño pueblo en el extremo norte de la isla es el lugar más famoso (y fotogénico) para ver el atardecer. Eso sí, te advertimos que es un lugar demasiado turístico, así que no serás el único con esta idea. Lo ideal es llegar con tiempo, buscar un buen sitio en las murallas o terrazas y disfrutar de una copa de vino local mientras esperas el espectáculo natural. También puedes reservar una cena con vistas, aunque eso va más lo que viajen con más presupuesto.

Oía es precioso también de noche, así que no te vayas corriendo después del sunset. Camina por sus callejuelas iluminadas y aprovecha para visitar sus tiendas o tomar un helado frente a las vistas.

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3. Visitar el sitio arqueológico de Akrotiri

Santorini no solo es playas y miradores de ensueño: también guarda secretos milenarios bajo su tierra volcánica. Uno de los más fascinantes es Akrotiri, un yacimiento arqueológico que muchos comparan con la Pompeya griega. ¿Por qué? Porque esta ciudad fue sepultada por una erupción volcánica en el año 1600 a.C., lo que permitió conservarla sorprendentemente bien a lo largo de los siglos.

Durante el recorrido podrás recorrer y ver pasarelas elevadas y techos modernos que protegen las ruinas, verás casas de varios pisos, calles pavimentadas, ánforas gigantes y hasta murales que todavía conservan algo de color. Lo más asombroso es que todo esto fue parte de una civilización minoica avanzada, que contaba con sistemas de alcantarillado y arquitectura sorprendente para su época.

4. Relajarte en la Playa Roja y Playa Blanca

La Playa Roja recibe su nombre por los enormes acantilados de tonos rojizos que la rodean. Al llegar, la vista es simplemente impactante: tierra de fuego, mar azul intenso y una playa de arena oscura que se abre paso entre las rocas. Es perfecta para relajarte, nadar o hacer snorkel, ya que sus aguas son cristalinas y tranquilas. Eso sí, lleva calzado cómodo porque el acceso requiere una pequeña caminata desde el aparcamiento. Pero créenos, vale cada paso.

A solo unos minutos en bote o kayak (o caminando si te animas desde Akrotiri), está la menos conocida pero igual de fascinante Playa Blanca. Aquí los acantilados son claros, casi blanquecinos, y el acceso es más limitado, lo que la hace mucho más tranquila. Ideal para quienes buscan escapar del bullicio y desconectar bajo el sol griego.

5. Recorrer Pyrgos, el pueblo menos turístico

Si buscas qué hacer en Santorini lejos del bullicio de los turistas y los flashes de las cámaras, Pyrgos es tu lugar ideal. Este encantador pueblo se encuentra en una colina en el centro de la isla y, a diferencia de Oía o Fira, aquí el ritmo de vida es más pausado y auténtico.

Recorrer Pyrgos es como viajar en el tiempo. Sus calles empedradas, casas blancas tradicionales y pequeñas iglesias con cúpulas azules se combinan con una calma difícil de encontrar en otros puntos de la isla. Puedes subir hasta el antiguo castillo veneciano que corona el pueblo (el Kasteli), desde donde obtendrás una de las mejores vistas panorámicas de Santorini, sin tener que pelear por un buen lugar con cientos de turistas.

Una de las cosas que más nos gusta de Pyrgos es que conserva ese aire de pueblo griego de verdad, con abuelitas sentadas en la puerta de casa, tabernas locales donde se come delicioso y precios más bajos que en otras zonas más turísticas.

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6. Hacer un tour en catamarán por la caldera volcánica

Entre las experiencias más épicas que hacer en Santorini, subirte a un catamarán y recorrer la caldera volcánica ocupa uno de los primeros lugares. No es solo un paseo en barco, es una forma única de entender cómo se formó esta isla de ensueño… y de paso, darte un chapuzón en aguas termales.

Los tours en catamarán salen principalmente desde el puerto de Vlychada o el de Ammoudi, y suelen incluir paradas para nadar, hacer snorkel cerca de las formaciones rocosas volcánicas, y navegar por los acantilados que hacen tan famosa a Santorini. Pero el punto más esperado por todos es la parada en las aguas termales de Palea Kameni, donde el agua tiene un tono marrón anaranjado (tranqui, no es lava) y una temperatura ideal para relajarse.

7. Probar vinos en bodegas como Santo Wines o Domaine Sigalas

Santorini no solo es famosa por sus vistas de ensueño, también lo es por su vino. Sí, leíste bien. Gracias a su suelo volcánico y clima seco, la isla produce vinos únicos, especialmente el Assyrtiko, una uva blanca local que es toda una joya para el paladar. Si te estás preguntando qué hacer en Santorini además de sacar fotos y ver atardeceres, la ruta del vino es una excelente opción.

Una de las paradas obligadas es Santo Wines, una bodega moderna con una terraza panorámica donde puedes degustar varios tipos de vino mientras ves el sol ponerse sobre la caldera. ¿El combo? Copa de vino + vistas épicas = felicidad asegurada.

Otra bodega top es Domaine Sigalas, ubicada en Oía. Aquí el enfoque es más boutique y la atención es muy personalizada. Podrás hacer una cata maridada con platos griegos tradicionales y entender cómo la tierra volcánica influye en los aromas y sabores del vino local.

8. Subir en teleférico desde el puerto viejo hasta Fira

Una de las formas más emocionantes y pintorescas de llegar al corazón de Santorini es tomando el teleférico desde el puerto viejo (Skala) hasta Fira. Este breve pero impactante recorrido ofrece vistas espectaculares de la caldera, los acantilados volcánicos y el azul infinito del mar Egeo.

El trayecto dura solo unos minutos, pero es una experiencia que recordarás por mucho más tiempo. A medida que asciendes, puedes observar cómo se despliega ante tus ojos el icónico paisaje blanco y azul que ha hecho famosa a la isla.

Esta opción es ideal si llegas en crucero o simplemente quieres vivir un momento distinto durante tu día en Fira. Además, es una alternativa cómoda y accesible para evitar los más de 600 escalones que separan el puerto del centro de la ciudad.

9. Bañarte en aguas termales junto al volcán

Si estás buscando qué hacer en Santorini que combine naturaleza, aventura y bienestar, una de las experiencias más únicas es darte un baño en las aguas termales de Palea Kameni, una pequeña isla volcánica frente a la caldera.

Estas aguas sulfurosas tienen una temperatura cálida y propiedades terapéuticas gracias a su composición rica en minerales. La mayoría de tours en catamarán o barco tradicional hacen una parada aquí, donde podrás nadar desde el barco hasta una pequeña bahía con agua color marrón rojizo (advertencia: no uses tu mejor traje de baño, el azufre puede teñirlo). Además de ser relajante, es una actividad que conecta con la esencia volcánica de la isla. Porque sí, Santorini es lo que es gracias a un volcán que cambió su forma hace miles de años.

10. Pasear por Imerovigli al atardecer

Este pueblo, ubicado en lo alto del acantilado y conocido como “el balcón de Santorini”, ofrece una de las mejores panorámicas de la caldera… ¡sin tanta gente como en Oía!

Al atardecer, sus callejones empedrados se tiñen de tonos dorados y rosados, y las casas blancas brillan aún más con la luz suave del sol cayendo sobre el mar Egeo. Es el lugar perfecto para una caminata tranquila, cámara en mano, y para sentarte en alguna terraza a disfrutar una copa de vino local mientras el cielo hace su magia.

Desde Imerovigli también puedes ver el Skaros Rock, una antigua fortaleza veneciana en ruinas que solía proteger la isla. Aunque llegar hasta allí implica una caminata algo exigente, la vista lo vale totalmente.

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11. Visitar el castillo de Oía

El Castillo de Oía es también conocido como el Castillo de San Nicolás y aunque hoy solo quedan algunos muros en pie, este lugar se ha convertido en uno de los miradores más famosos de la isla… y por una muy buena razón: desde aquí se contempla uno de los atardeceres más espectaculares del planeta.

El castillo fue construido en la época veneciana como punto estratégico de defensa frente a los piratas. Hoy en día, en lugar de proteger la isla, protege tu feed de Instagram con vistas que parecen sacadas de una postal griega: techos azules, casas encaladas colgando del acantilado, y un sol que se esconde lentamente en el horizonte, tiñendo todo de colores cálidos.

12. Descubrir la Playa de Perissa y su arena volcánica

Una de las playas más famosas de Santorini  es la Playa de Perissa, ubicada en la costa sureste de la isla. ¿Y qué tiene de especial? Su arena negra, resultado de la actividad volcánica que le da a Santorini su forma y carácter únicos.

A diferencia de las playas de arena blanca o dorada, aquí el contraste entre el mar azul intenso y el suelo oscuro crea un paisaje fuera de lo común. Y eso no es todo: la playa está muy bien equipada con sombrillas, camastros, bares de playa, restaurantes y hasta centros de deportes acuáticos para quienes buscan algo de acción.

Perissa es ideal para pasar un día completo: puedes comenzar relajándote bajo el sol, nadar en sus aguas limpias y templadas, y cerrar la jornada con una cena frente al mar. Además, desde aquí puedes caminar hacia Perivolos, una playa contigua que ofrece un ambiente un poco más animado y joven.

Un dato curioso: justo al final de la playa se alza la Montaña Mesa Vouno, donde se encuentra el yacimiento arqueológico de la Antigua Thera, otro punto imperdible si te interesa la historia. Así que si buscas una mezcla entre relax, naturaleza y cultura, este rincón volcánico es una excelente opción.

13. Explorar la Antigua Thera en lo alto de la montaña

Entre las experiencias más enriquecedoras que hacer en Santorini, una que destaca por su historia y sus vistas panorámicas es la visita a la Antigua Thera, ubicada en la cima del Monte Mesa Vouno, entre las playas de Kamari y Perissa. Este antiguo asentamiento fue fundado por los dorios en el siglo IX a.C. y estuvo habitado durante siglos por distintas civilizaciones, incluidas los romanos y bizantinos.

Para llegar a la cima hay dos opciones: un desafiante ascenso a pie desde Perissa (ideal si te gusta el senderismo y las recompensas visuales) o subir en coche por una carretera serpenteante desde Kamari. Una vez arriba, te esperan ruinas fascinantes: templos, casas, un ágora, baños públicos, una stoa y hasta un pequeño teatro tallado en la roca.

14. Visitar Venetsanos Winery con vistas a la caldera

Ubicada en la zona de Megalochori, esta bodega no solo destaca por su vino, sino también por su espectacular ubicación con vistas directas a la caldera volcánica y al mar Egeo.

Lo que hace especial a Venetsanos, además de sus panorámicas de postal, es que fue la primera bodega industrial de la isla, construida en 1947. Está tallada directamente en la roca, aprovechando la gravedad para el proceso de producción, lo que la convierte en una verdadera obra de ingeniería vinícola local. Sí, aquí todo fluye con estilo… ¡hasta el vino!

En la visita puedes recorrer las instalaciones, conocer cómo se elabora el vino santoriniano y, por supuesto, degustar etiquetas icónicas como el Assyrtiko, Aidani o Vinsanto, un vino dulce tradicional que te va a conquistar.

15. Hacer una sesión de fotos en las cúpulas azules de Oía

Estas icónicas cúpulas pertenecen a iglesias ortodoxas, como la Iglesia de Agios Spyridonas y la Iglesia de Anastasis. Están situadas entre callejones blancos encalados y balcones con vista directa a la caldera, en un escenario que parece salido de una pintura. La mejor hora para capturar este rincón mágico es temprano en la mañana (muy temprano), cuando todavía no han llegado los grupos de turistas y la luz del sol es suave.

Recuerda que las cúpulas azules son estructuras religiosas activas, así que sé respetuoso con los espacios y evita pisar zonas privadas (aunque la foto sea tentadora).

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Qué hacer en Santorini si tienes 1, 2 o 3 días

Armamos un itinerario práctico para que aproveches al máximo tu tiempo en la isla, sin perderte lo más icónico. Desde caminatas con vistas al mar hasta playas volcánicas y atardeceres de película, aquí va nuestra guía según el tiempo que tengas.

Itinerario para 1 día en Santorini

Mañana:

Comienza tu día en Fira, el corazón vibrante de Santorini. Pasea por sus callejuelas blancas, tómate un café con vista a la caldera y aprovecha para hacer algunas compras de recuerdos. Desde allí, haz la caminata panorámica hacia Imerovigli. Este sendero (unos 30–40 minutos) es uno de los tramos más hermosos de la isla, lleno de postales naturales.

Tarde:

Dirígete a Oía, el pueblo más icónico. Come en una taberna con vista al mar (te recomendamos probar el souvlaki o una moussaka), y luego explora el famoso mirador con las cúpulas azules. Si te queda tiempo, baja al puerto de Ammoudi y mójate los pies en el agua.

Atardecer:

Cierra tu día viendo el atardecer en Oía, uno de los espectáculos naturales más famosos del mundo. Llega con tiempo porque el lugar se llena. Y si tu vuelo o ferry sale tarde en la noche o al día siguiente temprano, aprovecha y cena en Oía antes de regresar a tu alojamiento.

Itinerario para 2 días en Santorini

Día 1: Pueblos blancos, vistas increíbles y atardecer en Oía

Si tienes la suerte de contar con dos días para recorrer Santorini, ya puedes empezar a bajar el ritmo y disfrutar con más calma de todo lo que esta isla tiene para ofrecer. Desde pueblos de ensueño hasta playas volcánicas, pasando por atardeceres legendarios y vino con vistas, este itinerario te ayudará a sacarle el jugo a cada momento.

Durante el primer día, te sugerimos comenzar en Fira. Aprovecha la mañana para tomar desayuno con vista a la caldera y luego lánzate a hacer una caminata desde Fira hasta Imerovigli. Este sendero es uno de los más bellos del Mediterráneo: verás las típicas casas blancas, iglesias con cúpulas azules, hoteles colgados de los acantilados y el mar Egeo desplegándose frente a ti. Imerovigli, además, tiene un ritmo más pausado, así que es ideal para detenerse, tomar fotos o simplemente sentarse a contemplar.

Por la tarde, te recomendamos ir rumbo a Oía, el pueblo más famoso de la isla. Pasea entre sus callejuelas, entra a alguna tienda de diseño o galería local y, si tienes tiempo, baja al puerto de Ammoudi. Desde ahí, puedes darte un baño o simplemente disfrutar de una bebida junto al mar. Eso sí, antes de que se esconda el sol, asegúrate de encontrar un buen lugar para ver el atardecer. En Oía es un espectáculo diario, y aunque suele estar lleno de gente, la magia del momento lo vale.

Día 2: Historia antigua, playas volcánicas y vino con vista

El segundo día es perfecto para conocer el otro rostro de Santorini: su historia y sus playas. Empieza por visitar el sitio arqueológico de Akrotiri, una antigua ciudad minoica que quedó sepultada por la erupción volcánica del siglo XVII a.C. Es conocida como la “Pompeya del Egeo” y es una parada imperdible para entender la historia profunda de la isla. Muy cerca está la Playa Roja, famosa por sus acantilados de piedra volcánica y su arena oscura. Ideal para fotos y un chapuzón.

Después del mediodía, puedes seguir con playa en Perissa, una de las más largas de Santorini, o si prefieres un plan más relajado, opta por visitar alguna bodega como Santo Wines o Domaine Sigalas. Además de probar vinos típicos como el Assyrtiko, tendrás vistas increíbles de los viñedos y del mar.

Para terminar el día, vuelve a Fira y elige uno de sus restaurantes con terraza para cenar mientras ves cómo las luces se encienden en las casas colgadas del acantilado. Y si aún tienes energía, aprovecha la noche en alguno de los bares o terrazas con música en vivo.

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Itinerario para 3 días en Santorini

Día 1: Lo esencial de Santorini — Fira, Imerovigli y el atardecer en Oía

En tu primer día en Santorini, lo ideal es comenzar por conocer lo más icónico. Empieza en Fira, la capital de la isla, donde el contraste entre las casas blancas y el azul del mar te va a dejar con la boca abierta. Aprovecha para caminar por sus calles empedradas, tomarte un café con vistas a la caldera y entrar en alguna tienda local.

Desde Fira, puedes hacer la caminata escénica hasta Imerovigli. Este paseo entre acantilados ofrece postales en cada esquina y es una de las experiencias que sí o sí tienes que vivir en Santorini. Llegando a Imerovigli, quédate a explorar este pueblo más tranquilo, con restaurantes acogedores y miradores poco concurridos.

Por la tarde, pon rumbo a Oía, el lugar donde todos quieren ver el atardecer en Santorini. Puedes pasear por sus callejuelas, explorar el castillo bizantino o bajar hasta el puerto de Ammoudi. Eso sí, llega con tiempo a tu mirador favorito, porque ver caer el sol aquí es casi un ritual.

Día 2: Historia, playas volcánicas y relax junto al mar

En tu segundo día en Santorini, es hora de descubrir su lado más histórico y natural. Comienza con una visita al sitio arqueológico de Akrotiri, donde conocerás una ciudad prehistórica sepultada por la erupción volcánica que le dio forma a la isla. Es uno de los lugares más fascinantes de Grecia para los amantes de la historia antigua.

Muy cerca de ahí está la famosa Playa Roja, con su arena de tonos intensos y acantilados de piedra volcánica. Si tienes tiempo y ganas de seguir explorando la costa, puedes visitar también la Playa Blanca, accesible por mar, o dirigirte a Perissa, una playa más amplia y con servicios para pasar la tarde.

Para terminar el día, te sugerimos una visita a una bodega local como Santo Wines, donde puedes hacer una degustación de vinos locales con vistas panorámicas a la caldera. Es el broche de oro para un día que mezcla cultura, naturaleza y sabor.

Día 3: Aguas termales, pueblos escondidos y vistas únicas

El tercer día es ideal para completar tu experiencia con actividades que te conecten aún más con la esencia de la isla. Puedes empezar el día con un tour en barco por la caldera volcánica. Muchos incluyen una parada en el islote de Nea Kameni, donde puedes caminar por un volcán activo, y otra en las aguas termales de Palea Kameni, donde bañarte es toda una experiencia.

Luego, visita Pyrgos, un pueblo encantador en el centro de la isla que ha conservado su autenticidad. Aquí puedes recorrer callejuelas tranquilas, disfrutar de vistas panorámicas desde su castillo veneciano y almorzar en alguna taberna tradicional.

Si te queda tiempo (y energía), una gran forma de cerrar el viaje es con una sesión de fotos en las icónicas cúpulas azules de Oía o un paseo relajado por Imerovigli al atardecer. Es la manera perfecta de despedirte de este destino de película.

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